Las Mujeres de la Biblia
Colección Cristiana
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La Biblia relata que, Lidia era empresaria, una vendedora de telas y tintas purpuras de alta calidad, muy costosas. Ella era de Tiatira, pero vivía en la ciudad de Filipos. Los exegetas opinan que Lidia era una próspera mujer de negocios.
Lidia pertenecía a un grupo de mujeres simpatizantes del judaísmo, creyentes en Dios. Sucedió un día, San Pablo viajaba acompañado de Silas y Timoteo a través de la ciudad de Filipos, cuando se encontró con Lidia.
Lidia estaba reunida con otras mujeres a orillas del río, cuando San Pablo llegó y habló con ellas. En ese momento Lidia fue bautizada por San Pablo. De hecho, Lidia fue la primera mujer de Europa convertida al cristianismo.
(Hechos 16:13-15)
Después de bautizarse, junto a su familia, Lidia pidió a San Pablo, Silas y Timoteo que se hospedaran en su casa. Realmente, Lidia los había escuchado hablar y ellos habían salido de la carcel acusados de alborotar a la gente con sus predicas.
En primera instancia, ellos se negaron. Entonces Lidia les rogó y dijo lo siguiente:
“Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, y posad”. Y los obligó a quedarse” (Hechos 16:15).
Ellos se quedaron en casa de Lidia hasta su partida, a través de Anfípolis y Apolonia (Hechos 16:16-40).
Existe gran devoción por Santa Lidia en las Iglesias Ortodoxas, las cuales le otorgan un grado de santidad igual al de los apóstoles.
Catequesis:
¿Qué aprendimos de Lidia?
A pesar de Lidia ser rica y mantener un excelente prestigio social, ella no se envaneció, ella fue humilde y buscaba la Palabra del Señor. San Pablo la bautizó y vivió como una verdadera cristiana.
Por su buena actitud religiosa, Dios le habló, desde su corazón, para que ella ayudara a sus siervos: San Pablo, Silas y Timoteo.
Aprendamos de Lidia a distinguir entre lo espiritual y lo material. El dinero, la vanidad y vida social no son más importantes que el amor a Dios y al prójimo; sobre todo, ayudando a aquellos que son golpeados por las adversidades del mundo.