Las Mujeres de la Biblia

Colección Cristiana

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Marta tenía dos hermanos, Lázaro y María. Ellos vivían en la ciudad de Betania, próximo a Jerusalén. Estos hermanos eran amigos de Jesús de Nazaret, quien los amaba (Juan 11:5). Marta era una mujer trabajadora siempre estaba ocupada con los quehaceres del hogar.

En una ocasión, Jesús fue a visitarlos, y mientras Marta hacía las tareas de la casa, María estaba sentada, extasiada, escuchando a Jesús. Entonces, Marta se molestó reclamando a María su ayuda; y le dijo a Jesús: Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sirviendo sola? ¡Dile que me ayude!” (Lucas 10:40).

La Biblia dice que Jesús, muy sutilmente, le expresó su desacuerdo, diciendo: “Marta, Marta, estás inquieta y preocupada por muchas cosas, pero solo una es necesaria. María ha escogido la mejor, y nadie se la quitará” (Lucas 10:41-42). Pasado un tiempo, Lázaro enfermó gravemente, y Marta y su hermana enviaron un mensaje a Jesús, porque ellas confiaban Él, estaban seguras que lo sanaría (Juan 11:3-21). Sin embargo, Jesús no pudo ir a verlo y Lázaro murió. Cuatro días más tarde, Jesús llegó a la casa de los hermanos.

«Cuando Marta oyó que Jesús venía, fue a su encuentro, pero María se quedó en casa. 

 Cuando Marta vio a Jesús le dijo:

“Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. Aún ahora, yo sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá”.

Jesús le dijo: “Tu hermano resucitará”.

Marta le contestó: “Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día final”.

Jesús le dijo:

“Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá, y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?”.

Ella le dijo:

“Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios” (Juan 11:20-27).

 

Catequesis:

¿Qué aprendimos de Marta?

Marta fue buena hermana y amiga de Jesús. Aunque ella anteponía su deber y responsabilidad de hermana en los cuidados del hogar, a las conversaciones y ratos de ocio. Pero Marta confiaba ciegamente en Jesús, por esa causa ella le reclamó a Él, no estar en la enfermedad de su hermano.

Marta poseía excelentes cualidades. Ella era honesta, trabajadora, hospitalaria, amable y fiel, de mucha fe. Antes de ver el milagro de resurrección que Jesús hizo a su hermano, ella creyó en Él. Todos debemos imitar las buenas actitudes y aptitudes de Marta.